Este libro es para los soñadores. Para los que no pueden dormir  por las noches, para los que ven las cosas diferentes.
Es para los locos, para los que creen es sí mismos y no esperan nada de los demás.
Es para los que no tienen ningún miedo a soñar y menos al que dirán los demás.
Es para ellos, ¡los que nunca dejarán de soñar!

Autor:

Gerardo Enrique Torres

Me llamo Gerardo Enrique Torres, nací el 2 de febrero de 1987 en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires llamado Juan Bautista Alberdi, en una pequeña sala de hospital.

Mi vida comenzó un martes a las diez de la mañana de aquel día. Años más tarde se sumarían cuatro hermanos más a mi vida: Sofía, Denis, Gonzalo y Marcial. 

Mi madre se llamaba Mirta Cristina Bustamante y mi padre Enrique Alfredo Torres, ellos  vieron por primera vez a su niño llegar a este mundo.

Ella tenía dieciséis años y él veintiuno. Aunque eran muy jóvenes para ser padres, los dos supieron llevar con madurez aquel momento que les tocaba vivir.

Luego de tres meses de mi nacimiento, ellos no tenían trabajo ni dinero, entonces mis padres decidieron que lo mejor sería mudarnos a un pueblo llamado Teodelina en la provincia de Santa Fe, hoy  mi pueblo natal. 

El pueblo les ofrecía muchas más salidas laborales. 

Fui al jardín Nº 69 de mi localidad, luego transité la escuela primaria y más tarde la secundaria. Me sentí muy afortunado en todos estos años de escolaridad de tener mis mismos compañeros de aula, hasta terminar lo que fue muy importante es ese entonces para encontrarme conmigo mismo, ya que entre los diez y los doce años sabía lo que quería para mi vida, aunque en ese momento era imperceptible a mí mismo. 

En los veranos, durante las vacaciones por muchos años trabajé de verdulero, de quinielero y más de una vez vendía diarios en la esquina de algún banco. Nunca lo hice por dinero, buscaba algo que no sabía que era en ese momento .

A mis catorce años ya tenía mi casa y muchas metas por cumplir. 

Soy una persona que valora mucho la vida y a la gente que me rodea, sea familia, clientes o algún desconocido. 

Creo que la gente es el combustible de mi vida. 

Gracias a ellos llegué a ser el gran empresario que soy, con mucha dedicación y determinación todo se puede. 

Hoy mi familia se constituye con el pilar de todos mis logros. 

Mi señora Noelia Heredia, compañera de mi diario, vivir y sentir. 

Mi pequeña hija Santina, de cuatro años de edad, quien me inspiró a escribir este libro,  ya que creo que los hijos saben muy poco de sus padres, que solo los observan ir y venir de su trabajo y nada más.

A Pilar, de once años, mi hija de corazón, que es la bajada a la realidad cuando lo necesito. 

A mis dos mascotas, un perro y un gato, a los que solamente les falta hablar, Renata y Goran.

Actualmente, tengo 37 años y mi vida es completamente lo que algún día soñé. 

Ahora los dejo con la historia que me tocó vivir para llegar hoy.